El sol quema sin piedad, pero no se compara con el calor que produce el cuerpo por el ejercicio constante. Frente a la camará siempre sonriendo por que disfruto y de verdad me apasiona lo que hago. Con la señal en la mano de que solo faltan 4 kilómetros para la meta, seguro de llegar y preparándome psicológicamente para los dos últimos kilómetros que son de loma pura, digna prueba para ver como estamos de preparados para las exigentes carreras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario