Antes de competir me tomo un momento para encomendarme a Dios, para pedir por mi salud, para que me cubra con su sangre, me proteja de toda lesión y me aleje del enemigo. En el kilómetro 4 me encontré con Gustavo a quien conocí en ese instante. Por el ritmo que el llevaba le pregunte cuanto pensaba hacer al final y me dijo que esperaba llegar a los 55 minutos, pues te sigo hasta la meta le comente. Luego en sana competencia fuimos aumentando la velocidad, y sinceramente gracias a esta coincidencia del destino marque un promedio por kilómetro que no conseguía hace algunos meses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario