En la foto aparece con la mochila de espalda mi hermano que me filmo en algunos trayectos de la carrera. Ya estábamos en la recta final porque los 5 kilómetros que faltaban era en linea recta. En este momento comenzó a faltarme el oxigeno y cuando desmayaba escuche un grito que decía VIVA GUAYAQUIL, el alma regreso al cuerpo y voltee para ver quien era el guayaco pero me lleve la sorpresa de que había sido mi gran amigo David que reside en la capital. Aquel grito y aquel encuentro fue motivación pura para continuar hasta la meta.
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