La temperatura subió a 10 grados pero en mis huesos aun estaba impregnado el frió. Llegamos al kilómetro 10 con un tiempo de 58.20 y Yolanda había quedado atrás, me disponía a correr la segunda mitad con mas potencia porque según lo conversado las cuestas pronunciadas ya no aparecerían. Todo marchaba mas o menos lo planificado pero llegaría el momento en que el reloj dejaría de ser mi amigo para ser mi competencia.
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