Esos letreros que nadie lee cuando va por la carretera a la playa me sirvieron de mucho para motivarme, que alegría mas grande cuando encontré este que me daba la bienvenida a Santa Elena el cual era mi tercera parada. Unos segundos antes un señor en muletas y sin una pierna me saludaba en la mitad de la nada. Justo al llegar a la cima de esa loma vería la entrada de la capital de la provincia y la meta ya estaba mas cerca que nunca.
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