Pare en Santa Elena, nos hidratamos nuevamente y me sentía como nuevo. Me subí a la bicicleta y comencé a pedalear con fuerza, ahora la ruta era en la ciudad, con trafico, semáforos, otra aventura. Quiero agradecer a la Policía Nacional por darnos prioridad en este tramo, fue realmente divertido pedalear entre buses, carros, peatones. La adrenalina subía, salíamos de Libertad y entrabamos a Salinas. La foto me muestra en el malecón a 1 kilómetro de lo impensable, de lo imposible.
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